04 noviembre, 2006

La Jungla, ni en sueños existe algo como ésto.


La jungla es muy distinta de la pampa. Mientras que la pampa es plana y descubierta, la jungla es ligeramente montañosa y tupida.

Salimos en la mañana y para llegar a lo profundo de la selva navegamos por el río Beni y luego por el río Tuichi en aguas turbulentas que se han llevado a más de un turista desprevenido por no usar chaleco salva vidas. En realidad el peligro más grande está en los troncos enterrados que pueden volcar la lancha cuando se navega sobre corrientes poco profundas, pero en manos de conductores experimentados es difícil sufrir un accidente. Al medio día desembarcamos en una ribera de lodo y piedras luego de 3 horas de recorrido donde comenzaron tres días entre caminatas, animales y aventuras con la compañía de Mario, un guía experimentado que se esmeró por lograr que sintiéramos la selva al máximo.




Joey, Johnny, Jhon, Isabelle y Gwen. (De izquierda a derecha).
No podría haber tenido una mejor compañía en mi viaje a la selva.

Mario nos mostró otra cara de la jungla y compartió con nosotros conocimiento milenario de chamanes indígenas. Con él descubrimos que hay árboles que tienen pies y caminan, que puedes pintar tu ropa con el tinte rojo de un arbusto, calmar la sed o envenenarte con el agua que sale del interior de algunas lianas, tejer una maleta con las fibras de una palma, perder la fertilidad con el hervor de unas hojas, quedarte adherido a un árbol de caucho y diseñar la mas linda joyería con semillas multiformes. La jungla es un gran banco de magia e historias, experiencias que traducidas en mis palabras aquí escritas no son más que malos intentos por contar algo indescriptible.




La naturaleza nos acogió con sorpresas desde el primer día.Habíamos vuelto de caminar y nos habíamos sentado a la mesa para esperar el café vespertino mientras nos acompañaba a lo lejos el canto de los monos aulladores que más bien parecía el sonido de un motor. De pronto, algo cayó en el techo de paja del comedor, era un monito araña que llegaba para asaltar la cocina. Le ofrecimos un banano que aceptó temeroso y luego escapó colgándose de los árboles tan rápido como el rayo. Definitivamente el espacio en las jaulas de los zoológicos jamás podrá ofrecer lo que verdaderamente necesita un animal salvaje.

Los mamíferos, las plantas, los insectos, los hongos, las aves, todos conviven en mundo equilibrado en el que el hombre existe para arruinarlo todo. Mario me contó que hace tan sólo 10 años era común cazar monitos para preparar un asado familiar y que aún ahora se puede comprar un trozo de monito asado en los mercados. Pero eso no es todo. La reserva natural está siendo talada y se pueden encontrar tracto mulas que salen cargadas de madera de la selva virgen, dejando sin hogar a millones de animales en vía de extinción. Es triste, tan triste que te dan ganas de no ser un humano.

En la noche encontramos a la tarántula para darnos las buenas noches, y el día se despidió con un nuevo concierto y un poco de miedo por ese tremendo animal que se alojaba en las columnas de nuestro dormitorio.

(La arañita en su casita, lo de la izquierda es su nido)

(Un barrio de tarántulas)


A la mañana siguiente iniciamos la jornada a las nueve. Era el día de los animales y no lo sabíamos. Primero hizo su aparición el osito melero. Un animal parecido a la marta que apenas nos vio bajó de su árbol corriendo para perderse en la maleza. Luego le tocó el turno a las parabas, una especie de guacamaya que rompe el silencio de la selva con su cotorreo y que tiene su hogar en los grandes acantilados que bordean el río. Allí se libran batallas de cantos, de alas y de poyuelos, batallas contra la muerte y el secuestro porque éstos animalitos se han convertido en la principal presa de los cazadores furtivos. Pero nadie hace nada. Bolivia es el país de las posibilidades, donde no existen leyes ni impuestos, donde la selva se escurre por un abismo sin fondo mientras los políticos corruptos se dejan sobornar para aprobar leyes que permitan la explotación maderera. Por variar, los manifestantes también están en la selva. Cuando se han hecho intentos por acabar con la tala de árboles entonces los trabajadores de las madereras se vuelcan contra el gobierno alegando que les arrebatan su única fuente de ingresos.
Pero da igual, algún día van a perder esa fuente de ingresos, y ¿De qué van a vivir cuando no haya ni un solo tronco?
Ellos perderán su sueldo, pero nosotros perderemos algo que necesitó millones de años para crecer.A veces creo que ésta selva virgen para ellos no es más que una prostituta.

Pero volvamos a los temas dulces, de osos meleros, monitos e insectos.



Si quieres ver como un ladrón peludo entró a nuestra cocina haz clic a continuación para ver el video.

http://www.youtube.com/watch?v=DOwn8Ivthgo

2 comentarios:

MoniCat dijo...

Bonitas fotos..
Me gusto ver la casa de la araña, siempre me pregunte como luciria una telaraña de la arana pollera.

Anónimo dijo...

Que fotos, que experiencias, que lindo todo