Córdoba es una ciudad universitaria llena, pero llena de mujeres lindas.
En cierta forma se repite el patrón de organización de otras ciudades argentinas con sus largas calles peatonales en el centro, llenas de comercio y movimiento. Sin embargo ésta ciudad tiene ese toque encantador que te hace querer permanecer afuera todo el tiempo.
De las 48 horas que pasé en el lugar dormí 6, y el resto caminando por ahí, conociendo las universidades, comiendo helado, bailando y tomando fotos.
La segunda noche volvía a mi hostal en medio de un aguacero torrencial y las calles se inundaron de tal forma que tuve que quitarme los zapatos para seguir caminando descalzo. Esa noche, además de la lluvia, también cayeron algunas niñas atrevidas en el lente de mi cámara mientras bailábamos en una de las discos más grandes de Córdoba.