29 agosto, 2006

¡¡¡En Perú!!!

La frontera


Sembrados de arroz luego de cruzar la frontera...

Al principio el camino es un animal gigante y crees que te va a tragar entero. Cuando salí hace dos meses, pensaba que el trayecto de 2 horas de Bogotá a Melgar era gigante y aburridísimo, ¿o que tal 8 horas hasta Medellín?, ¿o 10 hasta Cali?. Ni hablar de un viaje en auto de Bogotá hasta la costa atlántica. ¿O que tal… en bus? ¿Y que tal si va haciendo paradas en las ciudades principales? Pero ahora un trayecto medianamente interesante no baja de 6 horas, y uno muy interesante está sobre las 12 horas. Ayer salí de Vilcabamba a las siete y media de la mañana, llegué a Loja 1 hora y media después, es decir, a las nueve. A las diez salí en otro bus para Macará, en la frontera. Llegué a las tres. Ahí duré 1 hora cruzando la frontera no sin omitir los comentarios incómodos recibidos en inmigración: “¿A cómo está el kilo en Colombia?”, “Pero… para viajar de esa manera tiene que ser porque tenía un trabajo muy bien pago…” , “¿Y en esa maleta cuántos kilos podrán caber?”. Menos mal que antes de irme mi primo Fernando, odontólogo, me hizo el blanqueamiento de dientes, con ellos pude devorar de una sonrisa el gusano asesino que me bailó en el estómago y que quería salir y tragarse de un bocado a los suboficiales. Luego tomé un taxi-colectivo que en 2 horas y media me dejó en Sullana, ahí tomé un moto taxi que me dejó en el Terminal donde tomé otro bus que a las 12 de la noche me dejó en Chiclayo, ¡¡¡En Peruuú!!! Y es que yo no sé por qué se me metió en la cabeza que tenía que llegar a Chiclayo el mismo día, en la noche me reprendí por ser tan codicioso y querer andar tanto en poco tiempo. Lo bueno es que ésta mañana cuando salí a pasear, tuve mi recompensa… Más abajo están las fotos...


Estas fotos y las demás arriba son en las ruinas de Túcume.




Y las fotos que estaban más arriba...

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