23 junio, 2006

La Langosta en Quito.

En la mañana del miércoles me desperté y salí corriendo del hotel para tomar el bus que me llevaba a Ipiales, en el bus conocí a una niña morenita que vende banderas en Quito, como el trancón era tan grande para llegar a la frontera, nos bajamos del bus y caminamos hasta allí, donde nos despedimos no sin que antes me hiciera las advertencias necesarias para cruzar sin problemas. Me advirtió del cuidado que tenía que tener con los cambistas, el policía que colocaba los sellos y los retenes de camino a Quito. Cuando ya no la vi más, recordé que no le había preguntado el nombre.

No me imaginaba como podía ser una frontera entre los dos países y aún me pregunto porqué existe.
Cuando me disponía a cruzar me choqué con un policía que me vació la maleta buscando droga, como si toda la droga que pasa a Ecuador la pasara uno en la maleta, se quedó muy curioso con una pequeña linterna que me regaló mi papá y me preguntó cuánto costaba pero no se la quise regalar.

Ya al otro lado tomé una pequeña y vieja buseta morada que me llevó al terminal de Tulcán donde almorcé “Corrientazo Ecuatoriano” y luego fui en bus hasta Quito.

No pensé que el paisaje fuera a cambiar tanto de Colombia a Ecuador en una distancia tan corta. A pesar de que la cadena montañosa es similar, en el lado ecuatoriano hay mas planicies que son aprovechadas para la siembra. Los verdes cultivos de caña de azúcar en la base contrastan con las laderas áridas de la montaña, y en las partes más desérticas hay unos pequeños árboles secos que asemejan grandes arañas trepando hacia la cima.
En el bus me encontré con Wilinton, un caucano moreno y grande, padre de una niña de 6 meses que iba hacia Quito en busca de una ONG de nombre NUR que le prometió llevárselo a Suecia así como lo hizo con una amiga suya años atrás. El fue mi compañía en 6 horas que duró el trayecto. Mi guía turística fue un anciano sentado en la silla de atrás, con el ojo izquierdo azul y el otro café, y que me iba indicando el nombre de los lagos y las montañas más importantes.

Llegué a las 7 y media a Quito.
Hoy Viernes el día está soleado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola TU! Tan chevere todas las cosas que estas viviendo! yo te llame a tu celu ayer, pero creo que ya no funciona en Ecuador aich, bueno, seguiré entonces desde el blog este relato de las cosas bonitas que estas viviendo, un abrazote muchacho, otra vez te envio mi buena energía.

Anónimo dijo...

¡SOY UN BUEN PADRE ANDRES……

Los buenos padres no le dan a su hijo todo lo que necesita,
Andrés ahorraste y te financiaste tus últimos semestres de universidad, te compraste tu moto, tu carro, tu cámara, tu computador, tus pantaloncillos, pagaste el alquiler de tu apartamento y te fuiste a realizar tus sueños logrando generar emoción en quienes te queremos. Hasta plata me has prestado.
El buen padre enseña al hijo que él es capaz de conseguir lo que quiere.
Las novias que te conocí fueron de lucha, persistencia y buen seguimiento, hasta inventaste “clases privadas”
Los buenos padres no buscan hacer feliz a su hijo,
Le enseñan que la felicidad depende de cada uno.
Andrés tu felicidad es única, tu rostro y tu paz me lo demuestran con lo que estás escribiendo se corrobora.
Los buenos padres no le dan oportunidades a su hijo,
Le enseñan a buscarlas, a crearlas y a aprovecharlas.
Oye tu aprovechas todo, fuiste mi mensajero con mentalidad de independiente, al prestar servicio militar te saliste de subteniente siendo soldado, te ganaste la jefa de NSP, te escribe una cantidad de gente que te quiere, te vas con un morral mientras otros necesitan unas maletotas….en fin……
Los buenos padres no le dan a su hijo lo mejor para que sea feliz,
Le enseñan a disfrutar y a encontrar lo mejor, aún en lo más sencillo.
Hasta a la niñita morenita que vende banderas le escribes, te impacta el paisaje que otros no disfrutan, te gozas el policía que quería la linterna que te regalé y ahora sales con que un viaje de 6 horas en bus después de uno de 18 es muy agradable…… UMMMM…!! Soy un buen padre….

Anónimo dijo...

Hola caballero,

Increible, me siento aquí, leo palabra a palabra y no dejo de pensar en que realmente eres un ser increible... ¿Sabes cúal es el mayor Don de los niños? que tienen la capacidad de sorprenderse con todo, pero al crecer, es como tu dices, uno se cuadricula y olvida que la vida es mucho más que la monotonia a la que nos acogemos. Pero tú, eres la escepción, todo, cada detalle, cada cosita te sorprende, es genial...

Te cuento que me elegra un mundo que vivas está experiencia y aun más que la compartas con nosotros, al leer tus escritos llego a sentir casi como si yo estuviera allí.

PD: Lastima que nos quedó pendiente el almuersito del viernes, pero espero que Dios bendiga cada uno de tus pasos y te brinde un mundo de cosas más por conocer.

Un abrazo.