14 agosto, 2006

Un Baño Santo después de Guayaquil

Dejamos Guayaquil y tomamos rumbo a un pueblo que se llama Baños de Agua Santa, creo que el nombre se lo dieron porque son populares sus baños, pero tengo que decir que Baños es mucho más que aguas termales.

El camino es emocionante. Por la ventana ves como la vegetación se comienza a mezclar en las montañas y miles de tonos verdes de distintas texturas se amontonan formando grandes pasteles demasiado decorados como los que ves en cualquier vitrina de panadería ecuatoriana.

Si te sientas en la parte de adelante del bus puedes sentir la mano de una mujer indígena que se agarra de tu pierna para no caerse mientras al mismo tiempo cabecea quedándose dormida. A tu lado por un corredor en el que se rompen todas las leyes físicas del espacio ves desfilar pollos en costales, CDs, maní, agua, empanadas, pinchos, arroz chino y jugos en bolsa. Pero no te puedes distraer con lo que hay adentro, porque si te descuidas puedes perderte los mercados con cientos de frutas de colores que te sonríen para recordarte que hay una gran abundancia en la aparente pobreza de Suramérica.

Después de 7 horas de recorrido y media hora en que esperamos que el conductor almorzara en un pueblo olvidado, llegamos a Baños en una noche que sirvió de papel regalo para el obsequio que recibiríamos a la mañana siguiente.

Me levanté y apenas salí de la habitación me encontré rodeado de inmensas montañas con las que sentí estar en el cráter de un volcán, murallas que hacen imposible la huída.

Pasamos 5 días en éste paraíso que te asusta porque te roba las ganas de viajar. Para la muestra están varios extranjeros que llevan años viviendo allí, montando restaurantes y hostales excelentes como en los que dormimos y comimos, tal vez los mejores en los que he estado desde que salí.

Hemos salido a caminar sin rumbo, hemos subido a buses sin destino y hemos aprendido nuevas lenguas. En los recorridos hicimos pingüinos de plastilina con 6 niños refugiados del volcán Tungurahua, aprendimos a decir algunas palabras en Kichua (el dialecto de los indígenas ecuatorianos de la sierra), volamos sobre cascadas en carritos de metal, fotografiamos flores y mariposas, descubrimos el lugar donde nace el arco iris, cantamos canciones japonesas y tomamos un buen baño termal.

Mañana nos vamos para Puyo, en el oriente donde comienza la selva, allí estaremos 2 días y regresaremos para finalmente separarnos. Koji va para Quito (hacia el norte) y yo iré para Riobamba (hacia el sur).

Me voy pero algún día tendré que regresar a éste paraíso que algún día estuvo perdido para fortuna de nuestros antepasados, pero que ahora está expuesto para fortuna mía y de todos los turistas que visitan Baños de Agua Santa.

Ahora los dejo entonces con las fotos.


Bienvenidos a Baños...


Cenizas del volcán Tungurahua (el volcán casi siempre está cubierto de nubes pero la mancha gris que se ve, son cenizas del volcán).


Amanecer en Baños de Agua Santa el primer día.

Atardecer en Baños.

Restaurante Casa Hood. Propiedad de un extranjero de nombre Ray Hood (uno de los que no pudo salir de aquí desde 1993), éste restaurante es un lugar acojedor donde puedes ver peliculas, leer y cambiar libros, tomar un delicioso té de gengibre y comer alimentos bien servidos y preparados a un muy buen precio.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues debe ser peor de duro separarse del compañero de aventura. Ahora es una nueva etapa, espero que estés lleno de fuerza y ánimo para seguir conociendo gente linda e ir en búsqueda de tus sueños. Un Abrazo. Blou,blou,blou

Anónimo dijo...

Que lindo debe ser despertar en medio de imponentes montañas, es todo un paraiso de esos en los que todos soñamos con estar, me alegran tanto tus historias, eres todo un Tom Soyer, genial.

MoniCat dijo...
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MoniCat dijo...

Te bañaste en baños? Eso si que tenias que hacerlo mijito!!
Bueno, te veo feliz y disfrutando cada momento. Yo soy feliz leyendo tus diarios sin motocicleta. Me da un poco de Guayabo pensar que te separas de Koji y seguiras como un hongo en el tour de la langosta haciendo pinguinos. Sin embargo a la vez pienso que tuviste mucha suerte al poder contar con este amigo tanto tiempo.
Talves en este momento tu unica tarea o trabajo que requiere compromiso es escribir el Blog. No dejes de hacerlo, tu labor no tiene precio. Gracias!!

Anónimo dijo...

Andrés, querido amigo, me alegra mucho saber de ti a través de tan sentido y bien logrado relato de tu viaje, espero que lo disfrutes muchos y que tengas la posibilidad de perseverar hasta el final.Piensa que así tu amigo se dirija hacia el norte, no recibas correspondencia y continues el viaje aparentemente solo, siempre tendrás a alguien que nunca falla acompañándote. Es la presencia de Dios, quien nunca falla. Cuenta con mi amistad y mi acompañamiento espiritual. Muchas gracias por compartir con nosotros tu gran aventura y hacernos vivir tan marvillosa experiencia. Un abrazo,