11 agosto, 2006

¡Cupido es un Murciélago!

Antes de salir de Colombia mi amigo Gustavo me regaló su guía de Suramérica Lonely Planet que usé hasta que días atrás encontré la versión actualizada. La guía de Suramérica es un libro grande y gordo, por lo que no puedo darme el lujo de cargar dos ejemplares en mi maleta así que tomé la decisión de buscar a alguien que me la cambiara por un libro de mi agrado que fuera más liviano.

Salí del hotel y comencé a caminar preguntando en cada esquina por algún local donde cambiaran libros usados. Después de mucho andar al fin hallé un sitio donde un anciano me ofreció escoger entre algunos libros en inglés que guardaba llenos de polvo en un desván. Mientras elegía el libro que quería, afuera escuchaba que hacían algunos comentarios acerca de mi nacionalidad, y cuando salí, el viejo cambió las condiciones del trato y me pidió un dólar como tarifa por hacer el cambio.
Me negué a pagar y tomé mi Guía un poco molesto.
Seguí caminando mientras trataba de calmarme construyendo un pensamiento: El libro que llevaba en mis manos tal vez tenía un destino diferente al que yo pensaba darle y alguien estaba esperando por la Guía de Suramérica en algún lugar de Guayaquil.

Seguí caminando y por variar, me extravié en medio de tanta gente, comida callejera, ruido y folclor, lo cierto es que terminé metido en un mercado de variedades donde una mujer tenía una caja plástica con unos cuantos libros adentro. Le ofrecí mi ejemplar de Lonely Planet y ella amablemente me dijo que no creía que la Guía le sirviera, pero que ella me hacía el favor de cambiarla. Yo sólo tendría que escoger entre los libros que había en la canasta.
Me asomé y la primera sorpresa fue encontrar “Cupido es un Murciélago”, un libro para niños que había visto en la Feria del Libro y que no pude comprar por su alto precio.

La segunda sorpresa fue abrir el libro y encontrar mi nombre escrito en esfero en la primera página.

No se cuántos niños que se llaman Andrés pueden leer en Guayaquil un libro que se llama “Cupido es un Murciélago”, tampoco sé cuantas reventas de libros puedan tener un ejemplar de Alfaguara casi nuevo, mucho menos voy a saber si cupido es un murciélago. Sé que ese libro llevaba mi nombre y que estaba esperando por mí.

¿Será que es una estupidez enfadarse cuando las cosas salen aparentemente mal?

¿Será que todo en la vida es tan sencillo como sentarse a esperar todas esas cosas que están esperando por nosotros?

¿Será que todo lo que recibimos en la vida lleva nuestro nombre?

¿Será que cupido es un murciélago?


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hijo esta historia del libro me confirma aquello del sincrodestino, me emociona tu comentario de esta experiencia y me deja otra enseñanza que fortalece la tésis del sincronismo, un abrazo PAPI

Anónimo dijo...

Cada vez que leo el tour de la langosta me siento más orgullosa, escribes muy muy lindo, claro que lo que se hereda no se hurta, ya sabes a quien me refiero y no soy propiamente yo, ja ja ja.
Eso del libro es una muestra más que lo que es para uno es para uno.
Un besito mmmuuuaa Tu mami

Anónimo dijo...

Que nota andres! definitivamente a los viajes hacen que a uno le cosas asi tan increibles, a mi me han pasado un monton de cosas hermosas pero te tengo que contar, tomamos mate y facturas en un barco con unos señores super amables, aqui todo el mundo me trata tan bien y agradecen mucho que les de una sonrisa, estos dias fueron con luna llena que es tan hermosa en puerto madero, el postgrado está de lujo, ya no se que hacer con tanto regalo que me da la vida, gracias por escribir en el blog, me hace muy feliz pasar por acá y ver todo lo bonito que te está pasando a ti también. Espero verte pronto por aqui. un abrazote.

Anónimo dijo...

Amigo... era para vos... no cabe duda además que buena onda! No... me alegro un montón de lo bien que lo estás pasando y que tal el libro? seguiré leyendo a ver si ya nos cuentas algo. Blou. blou.blou

Anónimo dijo...

Ya ve, todas las cosas que se nos aparecen en el camino tienen su razón de ser. Para que todos se enteren y para hacer más interesante aún la historia, quiero contarles algo de "mi" ex guía de Suramérica Lonely Planet. Cuando ya hace algunos años me dió por arrancar sin rubo fijo, sin destino, con varios amarguras en el corazón y en el alma, no tenía claro cómo ubicarme en los diferentes destinos desconocidos que me estaban aguardando. Creo que fue en Quito, en alguno de esos hostales, hoteles, moteles (como quieran llamarlos) mochileros que de repente, en una biblioteca algo bandonada, donde se encontraban algunos folletos y planes turísticos, encontré la famosa guía. La ojeé y quedé impresionado con lo útil que podría ser para mi impredecible viaje suramericano. Planos de todos los países, ciudades, datos improtantes, en fin. Y no alcancé a pensar las consecuencias de que esa guía desapareciera de la olvidada biblioteca, cuando ya estaba en mi mochila. Fue como mi biblia de viaje, siempre que llegaba a algún pueblo distante averiguaba en ésta en dónde diablos me encontraba en la grandiosa Latinoamérica. Finalmente, la guía terminó reposando en mi biblioteca, después de quién sabe cuántos kilometros recorridos por quién sabe cuántos países del mundo. No creo que sea como correcto decir que se la regalé a Andrés, porque un objeto como éstos no es de los que deba tener un dueño, y me alegra saber que ha seguido su recorrido, que ojalá siga cumpliendo su gran labor de informador estrella a los viajantes desorientados y anisosos de nuevas aventuras en parajes desconocidos como Andrés y yo.

Anónimo dijo...

a mi me parece un libro excelente es el mejor libro que he leido en toda mi vida es tan comediante romantico dramatico y hasta masssssssssssssssssssssss

Anónimo dijo...

ese libro es malo y aburrido esa put... autora no sabe ni un cul.. es una tonta