08 diciembre, 2008

De todo, un poco.

Las empanadas me quedan muy gruesas y secas porque, como no las cocino con aceite y tampoco uso molde, sus paredes se vuelven ásperas y anchas. Con todo y eso, aquí en casa se las comen porque mal que bien parece que lo que haga con arepa harina es un manjar. Hace como dos semanas me dio por apanar un pollo con ella y el resultado fue desastroso, sin embargo al llegar en la noche se lo habían comido todo.


Este asunto de cocinar es toda una terapia, aunque no me gusta tanto como escribir porque en el computador puedo hacer clic en “Deshacer” cuando la cago, en cambio el pollo apanado con arepa harina me tocó meterlo en una mezcla de vino, salsa de soya, ajo y tomate (después de haberlo fritado) para “Deshacer” el error. Conclusión: la arepa harina no sirve para apanar pollo.



Actualmente no estoy muy seguro de que pueda sobrevivir en la cocina sin la salsa de soya, como tampoco creo que sobreviva en más viajes ahora que mi cámara se ha roto. Pero es que no sé en qué momento se me escapó del bolsillo y fue a dar al suelo. Tampoco sé que otra salsa pueda ponerle al pescado para que quede saladito, mojadito y sabrosito.
Creo que en toda mi vida preparé arroz tres veces, la cámara es la primera vez que la dejo caer y se volvió caca. El arroz en cambio es el favorito de casa. Hay cosas que uno nunca ha hecho y le salen bien, como hay otras que lleva haciéndolas un largo tiempo y de todas formas la embarra.



Ayer fui de viaje a Haifa, una ciudad al norte de Israel famosa por su puerto y su gente trabajadora.Como si fuera la primera vez que viajo me bajé sin mirar el mapa y terminé caminando en círculos por cerca de una hora. Resultado: pérdida de la entrada a la mayor atracción de la ciudad.Es que uno no se puede confiar creyendo que todo lo que lleva haciendo por mucho tiempo ya lo sabe hacer bien, uno debería siempre seguir dudando de sus capacidades y así no se equivocaría tanto. En fin, tengo que comprar otra cámara, seguir haciendo arroz y no apanando el pollo con arepa harina.




Toy Soldier: No se si alcanza a leer, pero me pareció curioso el nombre de este juego tan conocido como la grúa para atrapar muñecos. Como si aquí en Israel no sobraran elementos referentes a la guerra el juego nos remite con su nombre y diseño a la de un soldado que debe rescatar peluches.





Caminando por Haifa me encontré, en un vecindario de árabes cristianos, este tesorito con el que casi se me aguan los ojos.



"Panorámicas" de Haifa, una ciudad que me gustó mucho por sus montañas y sus miles de escaleras hacia lugares solitarios.



Estos son los jardines de la Fe Behaí. Un lugar imperdible en Haifa. La idea central de la Fe bahaí gira en torno a la humanidad como una única raza y al día de su unificación en una sociedad mundial en la que los grandes profetas y representantes de todas las religiones como Mahoma, Jesus, Moises, Abraham, etc, hacen parte de un sólo camino que Dios ha marcado, enviando cada vez mensajeros diferentes. Interesante. (No pude ver mucho porque ya habían cerrado lo más importante).