16 agosto, 2007

¿Qué ha ocurrido?

Estoy como muchos mortales, trabajando.

Es que hay que trabajar para comprar la papita, darle de comer a la niña, pagar el arriendito, que no corten el agua ni la luz, que le subieron al transmilenio, que hay que escapar de la ciudad los fines de semana.

Cómo se va pasando el tiempo. Y trabajando como que el reloj se me conecta a la red neuronal y estresado va respirando más rápido, pobrecito (el reloj).

Le ruego a Dios que no se me olvide que existe.
Le pido a la vida que me muestre lo larga que es.
Le imploro al mundo que siga girando.
Y mientras tanto,
Viviendo en lugares distintos para llegar al mismo lugar del que partimos, odiando a los perros para terminar durmiendo con uno, queriendo guardar el dinero para acabar olvidándolo, tratando de respirar profundo para chuparse el smog camino al trabajo, meditando para quedarse dormido, levantándose temprano para llegar tarde al trabajo, quedándose tarde en la oficina para tener un instante de amor, aprendiendo otro idioma para enseñarle a hablar al corazón.

Que divertido es vivir y vivir, observar como nuestra vida cambia y se transforma, muchas veces para llegar al mismo lugar del que partimos, pero habiendo avanzado en ese camino que somos felices recorriendo.