03 octubre, 2006

Descubriendo las noches de Cusco

Las noches de Cusco están llenas de salsa, cerveza y por la cantidad de turismo me imagino que también mucha droga. Hay vida nocturna de Lunes a Lunes y es un pecado quedarse encerrado.
En Cusco encontré nuevamente a mis amigos de Israel: Orna y Nadav, con ellos y por supuesto, mi papá, nos unimos a la primera noche de parranda en el bar Uptown, donde es muy fácil encontrar pareja siempre y cuando estés dispuesto a bailar toda la noche.
Mi papá me acompañó esa primera noche ante las miradas sorprendidas de algunas personas que se acercaron vencidas por la curiosidad a preguntarle qué hacía en ese lugar. Mi papá no tuvo problema en responder, pararse a bailar y compartir con mis amigos que al finalizar la noche dijeron: ¡Hey you have a cool dad!.
Y no pude evitar sentirme muy orgulloso.

Las otras noches habían seguido a días agotadores conociendo ruinas, mi papá llegaba rendido y no se animaba a salir pero yo no podía resistirme.
Como diría mi abuelita Cecilia, para la muestra, un botón:


Esta fué la noche de despedida. Con Nadav nos volveremos a ver. Pero Orna ya regresaba para Israel y fué un poco triste despedirnos con la sensación de que no volveremos a vernos.
Hay relaciones que se construyen con el paso del tiempo, pero otras se contruyen sin hora ni lugar, sólo compartiendo instantes de dificultad, y por supuesto, un poco de baile.
Espero volver a ver algún día a la que fué mi enfermera, mi amiga y mi fotógrafa.

01 octubre, 2006

Huellas, religiones y culturas

Sabes que estás llegando a Cusco porque desde la montaña notas que el paisaje se inunda de color barro y es imposible distinguir donde comienza y termina cada techo.
En cada calle encuentras las huellas de culturas que un día pasaron por el mundo cubriendo las huellas de otros y dejando otras nuevas.
No es difícil encontrar murallas construidas por los Incas con sus monumentales rocas que encajan perfectamente y sobre ellas muros de barro cubiertos de pintura que dieron albergue a los pobladores que colonizaron éstas tierras casi 500 años atrás.
En un esfuerzo por dominar a los aguerridos indígenas los españoles construyeron catedrales y monasterios donde antes había templos consagrados a la adoración del sol, la luna y la tierra.

Se puede sentir rabia por todo eso que se perdió un día bajo las manos de conquistadores, ladrones y sacerdotes, pero lo cierto es que el resultado es un cuadro perfecto donde se visualiza el viejo y el nuevo mundo en una sopa de religiones y creencias que se unieron para dar cabida a una nueva forma de vida.
Indígenas que asisten los domingos a misa en catedrales donde se exponen cuadros que veladamente proclaman la existencia de la pacha mama y condenan a Pizarro sentado cerca de Jesucristo en la última cena.
Personas que rezan entre arte religioso comprado por cofradías cuyos apellidos ya fueron olvidados, hombres y mujeres mestizos que ocasionalmente cargan altares cubiertos con finas láminas de plata extraídas con sangre indígena cientos de años atrás.

Pero nada está mal, sólo se trata de religiones y creencias que no eran ninguna mejor que la otra. Un día la santa inquisición se llevó en medio de torturas las vidas de seres humanos en nombre de la fe, así como un día los incas dieron golpes contundentes en la cabeza de niños para evitar la erupción de los volcanes.
Tal vez sólo se trate de formas de vida, no importa. Lo interesante es que estamos aquí para obsérvalo y aprender de ello.

Iglesia de la Compañía en la Plaza de Armas.
En todos los sitios religiosos la cámara está vetada con o sin flash.

Calle peatonal de Cusco, se puede observar la construcción original en piedra y encima la construcción de barro. De cualquier manera el resultado es hermoso.

La iglesia y monasterio de Santo Domingo.
Para nuestra fortuna los españoles conservaron gran parte de la construcción inicial del templo inca, en el interior se puede pasear por corredores coloniales para luego cruzar puertas en forma de trapecio, característicos de la construcción antisismica indígena.
(en la foto se ven los cimientos del templo inca y la iglesia sobre ellos).

Con mi pa en una calle de Cusco.


Noche de Cusco.